El principal cometido de la lubricación es conseguir la menor interacción posible entre las superficies en contacto durante el movimiento. Llegar a un rozamiento cero es imposible, pero mediante el uso de una sustancia que se interponga entre las superficies podemos reducir el rozamiento de forma notable. La sustancia introducida la denominamos lubricante.
Por tanto, la lubricación consiste en interponer una película de una sustancia lubricante entre dos superficies en contacto que poseen un movimiento relativo.
La función principal del lubricante es disminuir el daño causado por el contacto entre superficies al mínimo posible. Tenemos una gran variedad de lubricantes en el mercado, cada uno con características diferentes y para usos muy variados.
Funciones
Los lubricantes que encontramos en el mercado son mezclas de bases, sintéticas o minerales, con numerosos aditivos, que les permiten cumplir con varios objetivos: reducir el rozamiento y el desgaste, su principal cometido, proteger los metales contra la corrosión, resistir temperaturas elevadas y uso para largos periodos de tiempo.
Además de todas estas funciones podemos hablar de otras “secundarias” por no tener tanta relevancia en comparación con las anteriores: limpieza del motor, refrigeración del motor y sellado de la cámara de combustión.
Propiedades
Los aceites lubricantes, para alcanzar los objetivos descritos, deben reunir una serie de propiedades que garanticen la máxima protección del motor entre las que podemos destacar las siguientes: viscosidad, índice de viscosidad, densidad, untuosidad y punto de inflamación.
Viscosidad
Es una de las propiedades más importantes de los aceites lubricantes y se define como la resistencia que un aceite lubricante opone a cualquier movimiento interno de sus moléculas, o al deslizamiento de una capa de aceite sobre otra, dependiendo por tanto, del mayor o menor grado de cohesión entre ellas. Cuanta más resistencia ofrezca, más viscosidad tiene el aceite.
Índice de viscosidad
Es un valor que indica la variación de la viscosidad respecto de la temperatura. La viscosidad y la temperatura del lubricante son inversamente proporcionales. Al elevar la temperatura disminuye la viscosidad y el aceite se hace más fluido. Al bajar la temperatura aumenta la viscosidad y el aceite se hace más espeso.
Densidad
La densidad de un aceite lubricante, se mide por comparación entre los pesos de un volumen determinado de ese aceite, y el peso de igual volumen de agua destilada, que se toma como unidad a igualdad de temperatura que normalmente es de 15 °C. Una variación de esta propiedad nos indica una variación en el volumen del fluido.
Untuosidad
La untuosidad o adherencia del aceite mide la mayor o menor capacidad de los aceites lubricantes a adherirse a las superficies que impregna manteniendo entre las superficies en movimiento una lubricación constante.
Punto de inflamación
El punto de inflamación de un aceite lo determina la temperatura mínima a la cual desprende vapores inflamables que se encienden en presencia de una llama o de un punto incandescente. Este punto debe de ser lo más alto posible para evitar que el aceite se inflame al estar en contacto con zonas del motor a altas temperaturas y provoque un incendio.
Clases
Hoy en día se utilizan como aceites lubricantes en los motores tres tipos que se diferencian entre sí por su origen: aceites minerales, aceites sintéticos y aceites semisintéticos.
Aceites minerales
Los aceites minerales son aquellos que proceden de la destilación fraccionada del petróleo crudo, y son elaborados a través de múltiples procesos en las refinerías, de los que se obtienen productos adecuados para formar el aceite base.
Los aceites minerales están formados por hidrocarburos parafínicos, nafténicos y aromáticos. En general, el aceite base más utilizado, está formado por la mezcla de todos ellos en distinta proporción, predominando los aceites de tipo parafínico con un 75 % de su composición y un 25 % de nafténicos y aromáticos.
Aceites sintéticos
Los aceites sintéticos son productos que no proceden del petróleo, sino que son creados por subproductos petrolíferos combinados en procesos de laboratorio, mediante un proceso de sinterización con complejas reacciones químicas para modificar la estructura molecular de sus componentes. Tras muchos estudios y pruebas se obtiene un compuesto con mejores propiedades que los aceites minerales. Su elaboración es más larga y compleja, por lo que en el mercado también son más caros.
En la actualidad, los aceites sintéticos cumplen con las últimas exigencias de lubricación de los motores de altas prestaciones, más modernos y potentes, y pueden ser utilizados en temperaturas extremas y condiciones de trabajo muy exigentes, solicitadas por los fabricantes a nivel mundial.
Aceites semisintéticos
Entre los dos tipos de aceite anteriores, se encuentran los llamados aceites semisintéticos, cuya base es una combinación de aceites minerales y de sintéticos en diferente proporción, a los que se añaden distintos aditivos para mejorar sus cualidades lubricantes y adaptarlos a cada tipo de motor.