En el Vraem, los piscicultores iniciaron la pesca de la especie paco, gracias a las piscigranjas promovidas por el programa Devida como parte de su estrategia de desarrollo al 2021 para esta zona del país.
Wili Huacho tenía 6 o 7 años cuando llegó a Shimavenzo de la mano de su padre. Al poco tiempo, apareció Sendero Luminoso rompiendo la calma. Asesinaron a su papá y a él se lo llevaron secuestrado al monte. Estuvo más de 20 años en las columnas senderistas, hasta que lo mandaron “al sector 5”, una zona casi inaccesible de la selva central, localizada a 25 minutos en helicóptero de la base policial Los Sinchis, en Mazamari.
Las Fuerzas Armadas y la Policía Nacional rescataron aquella vez a 39 personas, entre ellas a 26 niños. Ellos eran los “esclavos agrícolas”, esa masa que SL mantenía cautiva. El rescate permitió que iniciaran una nueva etapa en sus vidas, cuyo punto de partida fue su reubicación en Shimavenzo.
De refugiados
Desde el 2012, Wili ha vuelto a esta comunidad nativa, en el corazón del Valle de los Ríos Apurímac, Ene y Mantaro (Vraem), en la región Junín. En Shimavenzo viven 55 familias. La mayoría son nativos asháninkas y, como Wili, hay otras 9 personas rescatadas del terrorismo. Los llaman “los refugiados”.
De los refugiados, son jefes de familia dos varones y ocho mujeres. Actualmente, con el apoyo de la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida Sin Drogas (Devida), ellos practican la crianza de peces amazónicos, con el objetivo de mejorar la seguridad alimentaria.
Y Wili es promotor de Devida: se dedica a apoyar al equipo técnico. Ha sido capacitado en toda la cadena de crianza de peces amazónicos y, a su vez, enseña a las demás familias de Shimavenzo para que esta actividad sea sostenible en el tiempo.
Pacos y gamitanas
El año pasado, Devida inauguró un conjunto de estanques, donde se crían peces tropicales de las variedades paco y gamitana, que tienen una alta demanda de consumo en el lugar, debido a su alto valor nutricional. El programa brinda asistencia técnica y alimentos balanceados. A la fecha se cuenta con 450 peces para su comercialización, con un peso aproximado de 500 gramos, además de otros 7,000 alevinos en crecimiento.
Mediante un convenio suscrito entre la Central Asháninka de Río Tambo y Devida, se desarrollan las capacidades productivas acuícolas en las familias del norte del valle, como parte de la ejecución de la estrategia Vraem 2021.
Impulso a la actividad
“Devida nos ha dado un gran impulso como piscicultores. La actividad de la pesca se ha visto beneficiada por el gran tamaño de los pacos de tres meses, gracias a la asistencia técnica que nos brindan”, afirma Joseph Pérez, otro acuicultor beneficiado, pero de la localidad de Agua Dulce, en Pichari, Cusco.
A efectos de promocionar el consumo masivo de paco en el mercado local, la actividad de promoción de la asociatividad y acceso a mercados fortalece a las organizaciones piscícolas para su comercialización, en beneficio de las familias que optaron por esta iniciativa.
Devida ya entregó más de 49 millares de alevinos de paco a los miembros de Agua Dulce, que corresponde a la producción de más de 15 toneladas de carne de pescado por cada campaña.
También dio alimento balanceado en las etapas de inicio, crecimiento y engorde; además de cajas sanitarias, carretillas, redes de pesca, ictiómetros, balanza digital y otras herramientas para mejorar la productividad entre los rescatados del terror senderista.
Piscicultura
200 familias son beneficiadas EN EL SECTOR
10 piscícolas del vraem participan
7 distritos son favorecidos
EN LA ZONA
2.4 TONELADAS DE PACO CADA SEIS MESES PRODUCIRÁ COMUNIDAD DE SHIMAVENZO