Priscilla Verástegui Sierra ama el mar. Tuvo la oportunidad de bucear en el océano bajo la guía de un pescador y fue ahí que descubrió todo lo que el ecosistema marino significaba. Esta experiencia la marcó y decidió actuar para aportar en la conservación de un ecosistema cada vez más depredado por la pesca artesanal.
Esta ingeniera pesquera junto a tres colegas comparten la pasión por el mar y, luego de conocerse y trabajar juntos en una ONG de proyectos sociales con pescadores artesanales, decidieron formar ‘Sustainable Fishery Trade’ para facilitar el contacto con los restaurantes, sin necesidad de pasar por una cadena de dos o tres intermediarios, como centros de acopio o terminales pesqueros. Esta relación directa significa una ganancia entre 30 y 50% más para el hombre de mar.
“Somos 4 socios y luego de 4 años de trabajo conocimos a fondo la problemática de la pesca artesanal y establecimos vínculos con los pescadores; ellos nos pidieron establecer un nexo con los clientes finales, ya que la cadena de intermediarios merma los beneficios del pescador y causa además la sobre explotación de los recursos”, dice Priscilla.
SFT lleva ya cuatro años en el mercado nacional. Priscilla, la gerente de innovación, junto al biólogo marino Simone Pisu y los gestores sociales Omar Angulo y Víctor Cheng trabajan con pescadores de Tumbes, Piura, Ancash, Ica, Arequipa, Lima e Ilo.
El inicio no fue sencillo. Priscilla relata que lo más difícil de iniciar este emprendimiento fue cambiar el sistema económico de los hombres de mar. Los restaurantes que se han sumado a esta iniciativa de pesca responsable tienen requerimientos de productos hidrobiológicos de buena calidad en cantidad y los pescadores han tenido que adaptar sus prácticas de pesca para cumplir con eso, sin llegar a depredar el mar. Además, han tenido que adaptarse a un sistema de pago mensual en lugar del pago diario a contra entrega al que estaban acostumbrados cuando le vendían a un acopiador. Ahora, los pescadores ingresan al sistema financiero y reciben préstamos bancarios.
Pesca sostenible
En el Perú hay 44 mil pescadores artesanales que generan un impacto en el ecosistema marino si no se realiza una pesca sostenible. Es un sector vulnerable porque no tiene una planificación financiera, viven el día a día, tienen escasa infraestructura y poca capacidad de negociación ante los acopiadores, por lo que venden sus productos a un precio bajo.
Recomendación para emprender
Priscilla sugiere que para emprender hay que identificar qué los ha marcado, qué los mueve; y buscar a personas que compartan tu misma pasión. “Que crean en sus proyectos porque esa es la gasolina, si tienes la meta clara, tu pasión te llevará a ser creativo y buscártelas”.
Proyección a futuro
La aplicación Nemo, que ya se encuentra en fase de validación, permitirá al pescador un mejor registro (procedencia del producto) y una comunicación más fluida con el cliente final (restaurante). Además, SFT tiene proyectado desarrollar del prototipo de sistema refrigerado con energía solar para pesca de volumen para exportación. La empresa acaba de abrir operaciones en Chile y planea expandirse a Brasil el 2021 para exportar productos de la pesca artesanal.
Mejorar la pesca artesanal con la tecnología. «Estamos convencidos que aplicaciones como Nemo puedan mejorar la transparencia de la información del producto, de la cadena de valor», explica la gerente de innovación.
Lo que se necesita
«Que el mercado tome conciencia de la importancia de la sostenibilidad y apuesten por trabajar con proyectos como SFT. Falta crear herramientas para difundir el consumo responsable en los consumidores finales», señala Priscilla.
Además, comenta también que hace falta apoyo a los emprendimientos. En ese sentido, destacó el programa Protagonistas del Cambio UPC, el cual busca jóvenes change makers (agentes de cambio) a nivel nacional para empoderarlos, capacitarlos y potenciar sus iniciativas de emprendimiento social. «Nos dieron herramientas para emprender. Tuvimos auditorias. A nivel emocional también nos enseñaron como manejarse cuando uno emprende, puesto que es como una montaña rusa», añade Verástegui.