- Vanessa Rodríguez, coautora de libro “Gobernanza Colaborativa en la Pesca”
- Hay muchísimos instrumentos y herramientas que simplemente no se pueden aplicar porque no concuerda con la realidad
- Se suma que “Tenemos realidades completamente diferentes dentro de la propia Amazonía”
Libro de pesca presentado el viernes último titulado “Gobernanza Colaborativa en la Pesca” nos reconfirma lo que se percibe sobre la realidad de la pesca en la Amazonía en nuestro país que, como muchas otras actividades económicas y de subsistencia, se base en normativas ajenas a la realidad y en este caso con referencias legales marítimas que entorpecen su desarrollo.
“La importancia del libro en general es que recoge experiencias que ya están en marcha, es algo que se ha ido construyendo con la propia gente, en la construcción de un nuevo modelo y profundiza bastante en cuál es el modelo actual”, nos dice empezando una entrevista la coautora del libro Vanessa Rodríguez.
Su contenido recoge una experiencia de 20 años entre diversos profesionales biólogos, abogados, antropólogos, tesistas, economistas y otros. “Es un modelo que hemos heredado de la época de los 70 y está basado en la actuación de entes estatales. Lo que el libro está diciendo es que ese modelo es insuficiente. Tenemos realidades completamente diferentes dentro de la propia Amazonía y lo que hay que hacer es trabajar un modelo de articulación con otros actores, espacios, herramientas e instrumentos”.
Explicó que vieron cómo se gestiona sostenibilidad pesquera, “nos preocupamos por la seguridad alimentaria en lugares donde no existe un funcionario de la dirección de la Producción en la Amazonía, y en la mayoría no hay”.
Rodríguez, precisó “Entonces en esos espacios hay pesca indiscriminada, sobreexplotación, se pesca con dinamita, y quién controla. Lo que se hace es comprender esa realidad y planificar soluciones. “Una de las soluciones sería trabajar alianzas entre las direcciones regionales de la Producción y los municipios, en los lugares donde las direcciones regionales de la Producción no tienen presencia”.
Señaló que existe una única experiencia de pesquería comercial en el Apayacu, donde hay una alianza entre la DIREPRO y la región a través de un convenio. El mismo señala que la DIREPRO delega funciones para que las municipalidades organicen su sistema de control y vigilancia pesquera.
“Este sistema de control y vigilancia se apoya en lo que la gente hace muchísimo tiempo. Para nosotros ha sido esclarecedor que no es que en la Amazonía exista un problema de ausencia de reglas. Lo que pasa es que las leyes están mal dadas y uno de los defectos de las leyes es que no reconocen lo que sucede en la realidad”.
En el libro se muestra cómo la gente se ha organizado y tienen unos comités que no tienen legitimidad pero que están en la práctica prestando un servicio de control y vigilancia. “Y lo que se ha hecho es capacitar a ese vigilante que ya venía prestando un servicio, trabajar su reconocimiento y brindarle herramientas no para que vaya en contra de la ley, sino para que implemente la ley en esos lugares donde no está la autoridad”.
En la Amazonía no podemos establecer un sistema más apropiado de gestión porque “la ley que regula la gestión pesquera en la Amazonía es una ley dada para el contexto mar, entonces hay muchísimos instrumentos y herramientas que simplemente no se pueden aplicar porque simplemente no se conoce la realidad a gestionar”.
Han trabajado también con representantes pesqueros de distintas zonas como la Amazonía de Huánuco, la Amazonía de Pasco donde el 70% de Pasco es un distrito amazónico.
Entre otras, “una de las cosas que ha salido con mayor recurrencia es que la norma tiene un enfoque productivo-industrial, y la pesca en la Amazonía más que enfoque productivo industrial, debería compensar en un enfoque productivo de mediana escala con un enfoque de gran preocupación por seguridad alimentaria y es precisamente lo que está poco desarrollado en la legislación actual”. (Diana López M.)