La extensión de la cuarentena para evitar la propagación del COVID-19, nos coloca frente a un escenario retador para seguir generando los recursos que el país necesita: reactivar la economía poco a poco, empezando por aquellos sectores que cumplan con dos características esenciales: tener la capacidad de no poner en riesgo a sus trabajadores, a través de la implementación de eficaces protocolos de sanidad; y mostrar su capacidad de generar rápidamente recursos y divisas, tanto para sus trabajadores como para el fisco.
En este contexto, la pesca es una actividad que calza perfectamente con ambas características ya que a la fecha cuenta, por un lado, con un protocolo de operación segura aprobado por el Ministerio de Salud; y por otro, genera más de 700 mil empleos directos e indirectos, aporta con el 1.3% en promedio al PBI y representa el 7% de las exportaciones peruanas. Además, en las zonas donde opera, genera una onda expansiva de dinamismo económico pues requiere una cadena de proveedores locales de bienes y servicios, que son vitales para su adecuada operación. Asimismo, quienes trabajan en este sector, al recibir su pago generan un importante consumo en sus lugares de residencia, generando así un efecto multiplicador.
Por ello, reactivando la pesca, reactivamos al Perú. Y esta reactivación es inmediata ya que todos los años la primera temporada ocurre justamente a finales de abril y además porque según el Instituto Peruano de Economía, se tendría evidencia científica que existe una biomasa importante de anchoveta en el mar lista para ser capturada.
Estamos listos para poner el hombre y contribuir con el Perú. Reactivemos la pesca ya.