La presidenta de la SNP, Cayetana Aljovín, responde al «documental» #Seaspiracy, un relato que dista mucho de lo que realmente viene ocurriendo en las pesquerías formales de todo el mundo.
Es bien sabido que muchas veces, bajo la denominación de documental, se busca presentar una versión distorsionada de la realidad en base a ciertos intereses que no se hacen explícitos. Este es, lamentablemente, el caso de Seaspiracy, un relato que dista mucho de lo que viene ocurriendo con las diferentes pesquerías formales en el mundo.
Hubiese sido oportuno que este pseudo documental se enfocara explícita y detalladamente en la pesquería ilegal, esa que mueve más de 23 mil millones de dólares anuales en todo el mundo, que depreda el mar sin ninguna vigilancia, que atenta contra el medio ambiente y los derechos humanos de miles de personas.
Más bien, esta entrega, disfrazada de documental, se centra en las pesquerías certificadas y lanza temerarias acusaciones contra las agencias certificadoras, desconociendo el rigor que conllevan estos procesos. Así, por ejemplo, en el caso de la anchoveta, nos ha tomado más de 3 años iniciarlo, ya que se debe acreditar con evidencias cada una de las acciones que se vienen realizando para asegurar la sostenibilidad del recurso.
Por otro lado, sin ninguna evidencia científica y aunque usted no lo crea, el “documental” pone en duda los beneficios alimenticios del pescado, como el Omega 3, que es reconocido por todos los expertos en salud como un nutriente que fortalece el sistema inmunológico de las personas. Ello, con la clara intención que la población deje de comer pescado debido a un sesgo ideológico y no científico.
Ray Hilborn, reconocido científico en todo el mundo, sostiene que “el documental ha sido producido por un grupo de cineastas veganos, que recomiendan erradicar las pesquerías y no consumir pescado por su impacto en el medio ambiente, mientras, la FAO, califica a la pesquería como lo más sostenible de todo el sistema alimentario”.
Así, los argumentos presentados por los realizadores, están basados en posiciones ideológicas con la clara intención que la audiencia actúe de una determinada manera. Y eso se llama propaganda, no documental. Las cosas como son.