Se requiere involucrar a todos los stakeholders para crear una cadena con proveedores locales, negocios, emprendedores, instituciones educativas y gobiernos.
El megapuerto de Chancay se perfila como uno de los proyectos de infraestructura más importantes del Perú de los últimos años. Con una inversión estimada de US$ 3,600 millones y un avance de obras superior al 70%, el megapuerto apunta a convertirse en un hub logístico regional de primer nivel, impulsando el comercio exterior del Perú y de otros países y generando un impacto económico significativo.
José Antonio La Rosa, director de SUPERA, consultora con más de 21 años de experiencia en Cultura y Licencia Social para operar (CTO – LTO) señala que si el Perú quiere maximizar el impacto del megapuerto de Chancay en términos de reducción de pobreza y generación de ingresos, debe enfrentar desafíos que requieren un enfoque integral y sostenible.
En ese sentido, destacó que es crucial la participación de la población así su afectación sea positiva, dado que la Licencia Social para Operar (LTO) juega un rol fundamental para garantizar el respaldo de la comunidad hacia el proyecto y su armonización con el entorno social y ambiental. “Este es un trabajo que, por la magnitud de la obra, involucra no solamente al concesionario, sino también al Gobierno, que debe brindar todo el acompañamiento para que la Licencia Social sea lo más sólida posible”, precisó.
Asimismo, La Rosa mencionó que “es importante establecer estrategias para maximizar los beneficios económicos regionales para lo cual se deben implementar programas de desarrollo de proveedores locales, vínculos con instituciones educativas, promoción de la innovación, el emprendimiento, y gestión de cadena productiva”.
En ese sentido, añadió, que las autoridades locales tienen el desafío de implementar políticas públicas que incentiven la inversión privada, promuevan el desarrollo de infraestructura y servicios, y fortalezcan la competitividad regional.
El experto destacó que si el sector público y el sector privado trabajan de la mano, el megapuerto puede convertir al Perú en ese hub logístico regional que aspiramos. “El Perú atraerá la carga de países vecinos como Ecuador, que ya evalúa realizar sus despachos mineros y otros productos como frutas, flores y camarón; y Brasil con la exportación de soya. Podemos convertirnos en el Hong Kong de Sudamérica”, señaló.
En su primera etapa, el megapuerto tendrá una capacidad de 8 millones de TEU (contenedores), cifra que se ampliará a 20 millones de TEU en el futuro. Esta capacidad lo convierte en un proyecto de gran envergadura, capaz de atender la creciente demanda del sector exportador peruano, particularmente del sector minero, uno de los principales motores de la economía del país.