La flota pesquera industrial de Ecuador obtiene casi un tercio de su captura de las aguas alrededor de Galápagos. Y su pesca representan ingresos clave por exportaciones al país petrolero, que sumaron más de US$ 1,500 millones en el 2020, según datos de la Cámara Nacional de Pesquería.
El gobierno de Ecuador considera la creación de una nueva reserva marina cerca de las islas Galápagos para proteger especies migratorias de tortugas, ballenas y tiburones, que están siendo amenazadas por actividades de pesca industrial y el cambio climático.
Una enorme flota pesquera china que opera desde hace varios años en las cercanías del archipiélago ha captado la atención mundial por las preocupaciones sobre el potencial impacto en la vida silvestre marina en las remotas islas de origen volcánico, que inspiraron la teoría de la evolución de las especies del científico británico Charles Darwin.
Ecuador tiene pocos mecanismos para evitar que las flotas chinas pesquen al borde de sus aguas jurisdiccionales, pero podría limitar la actividad de su propia flota pesquera industrial con la creación de la nueva reserva, dijo el ministro del Ambiente, Agua y Transición Ecológica, Gustavo Manrique.
“Esto es una decisión -en caso de darse- que impacta en lo social, en lo económico y en lo ambiental”, explicó Manrique en una reciente entrevista con Reuters, quien reconoció que la idea enfrenta el rechazo de la industria pesquera del país andino.
“En lo ambiental no hay discusión alguna, poner un área más grande protege más. Son los otros dos aspectos en lo que estamos hablando”, añadió. “No es fácil, pero la voluntad existe”.
La propuesta podría triplicar el tamaño de los 133,000 kilómetros cuadrados de la actual reserva marina, una de las más grandes del mundo, lo que ayudaría a reducir la probabilidad de que especies migratorias queden atrapadas en las redes de la flota pesquera de Ecuador, según los grupos ambientalistas.
La nueva reserva permitirá proteger una amplia gama de vida silvestre marina, incluyendo cinco especies en peligro de extinción que migran entre las Galápagos y la Isla del Coco, un territorio de Costa Rica ubicado en el Océano Pacífico.
El plan se analiza en momentos en que la Conferencia de las Naciones Unidas sobre la Diversidad Biológica prepara una cumbre en octubre para abordar sobre la protección de la naturaleza, que incluirá discusiones de propuestas para poner al menos un tercio del planeta bajo conservación en una década.
El cambio climático también amenaza con reducir la tasas de reproducción de la fauna marina y cambiar sus patrones migratorios, de acuerdo con un documento que describe la propuesta para aumentar la conservación.
La flota pesquera industrial de Ecuador obtiene casi un tercio de su captura de las aguas alrededor de Galápagos. Y su pesca representan ingresos clave por exportaciones al país petrolero, que sumaron más de US$ 1,500 millones en el 2020, según datos de la Cámara Nacional de Pesquería.
“Coincidamos en que Galápagos es un patrimonio y un tesoro de la humanidad que hay que cuidar, pero los fundamentos técnicos de la nueva reserva no los compartimos”, dijo el presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, Bruno Leone.
“No hay ninguna razón para prohibir o limitar la pesca de nosotros, que estamos siendo completamente regulados”, añadió.
Ecuador en 2017 incautó un barco pesquero chino que transportaba unas 300 toneladas de especies de tiburones, una vergüenza para la industria pesquera de la nación asiática. China insiste en que sus barcos siguen regulaciones internacionales de pesca y no han entrado ilegalmente al espacio protegido ecuatoriano.
Esta flota extranjera durante varios años ha pasado en verano pescando calamar gigante justo al borde de la Zona Económica Exclusiva de Galápagos, un área marina donde los barcos sólo pueden explotar recursos naturales o minerales con el permiso del Ecuador.
Según un artículo de investigación científica publicado en 2016, no hay suficientes datos ni para medir la población de calamar gigante ni sus patrones migratorios en aguas ecuatorianas, creando un riesgo de sobrepesca.
“Si ampliamos la reserva no vamos a impedir que ingrese la flota china”, reconoció Eliecer Cruz, biólogo y portavoz del colectivo Más Galápagos, que busca proteger las islas. “Pero si vamos a volverla más resiliente (a la reserva) frente a los impactos que producen estas flotas extranjeras y la nacional”.
FUENTE: Agencia Reuters | Gestión