“Río revuelto, ganancia de pescadores”, dice Abelino Ramírez, pescador artesanal del muelle Molo de Ancón, al hablar de su trabajo diario. Este simple refrán, consigna histórica de los hombres de mar, resume la situación y los peligros a los que se enfrenta esta actividad.
Accidentes en alta mar, vulnerabilidad ante la delincuencia y la posibilidad de regresar al puerto con poco pescado hacen que el oficio se haya mantenido por muchos años con altos índices de informalidad. Según el Ministerio de la Producción (Produce), al 2012, el 60% de las embarcaciones pesqueras artesanales eran informales. “Nosotros queríamos ser formales, pero eso implicaba un montón de requisitos que a veces ni teníamos”, recuerda Abelino.
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En su esfuerzo para mejorar la vida de los pescadores, el Produce dictó una serie de medidas para simplificar trámites en el sector y hoy los 36 trámites necesarios para formalizar una embarcación se redujeron a siete y su costo, que antes era de S/ 1.558, se eliminó.
El Sistema de Formalización de la Pesca Artesanal (Siforpa) ya alcanzó las 10 mil embarcaciones y proyecta, en el 2017, alcanzar seis mil embarcaciones más. Su vigencia es hasta el 31 de diciembre.
El viceministro de Pesca, Héctor Soldi, explicó en conferencia que el Siforpa se vuelve importante para el sector ya que, una vez formalizados, los pescadores pueden vender sus productos a empresas formales e incrementar sus ingresos.
Sin embargo, para el pescador Abelino Ramírez, los beneficios aún están en camino. “Sí, el Siforpa nos ha caído como anillo al dedo porque evitamos las multas que aplican los fiscalizadores. Sin embargo, solo eso percibimos por ahora. Esperamos poder alcanzar, por ejemplo, una seguridad social que tanto necesitamos”, comentó en diálogo con La República.
Ciertamente, el Ministerio de la Producción trabaja ya en el Seguro Obligatorio de Pesca Artesanal (SOPA), que busca cubrir obligatoriamente al tripulante que sale a la mar. “Ya hemos recibido opiniones de las empresas de seguros y, una vez activo, esperamos beneficiar a 58 mil pescadores”, subrayó el ministro de la Producción, Pedro Olaechea, en conferencia.
Para Abelino, la intención es positiva; sin embargo, se necesita conversar más con el pescador. “Es un seguro que nosotros vamos a pagar, que va a salir de mi bolsillo. Por lo tanto, pienso yo que se debió conversar con nosotros. Convoquen a todas las bases del Perú y dialoguemos. No pueden invitar a unos cuantos porque los pescadores todos somos hermanos”, recalcó.
Promover inversión
Finalmente, una preocupación de los pescadores de Ancón –que es común en otros puertos– es la necesidad de promover inversión en Desembarcaderos Pesqueros Artesanales (DPA).
Ancón, por ejemplo, cuenta ahora con un desembarcadero provisional. “El Gobierno necesita preocuparse por darnos infraestructura adecuada porque somos nosotros quienes llevamos el alimento a la mesa popular”, destacó el pescador.
El espacio sí existe. Se trata del complejo Las Conchitas en Ancón, que ya ha sido demandado por los artesanales. Según Abelino Ramírez, dicho terreno pertenece a Bienes Nacionales, pero hoy existe una empresa interesada en apropiarse de este.
La República consultó al viceministro Héctor Soldi sobre la situación de este DPA. “Estamos haciendo las gestiones para que se nos libere el terreno. Ya se conversó con el Ministerio del Ambiente para que nos habiliten la zona de Conchitas y, una vez que tengamos el espacio, formularemos el proyecto”, resaltó.