El puerto de Chancay crece, pero revela desafíos estructurales para el Perú.
En sus primeros cinco meses, el Terminal Portuario de Chancay ha movilizado más de US$ 777 millones en mercancías, posicionándose como una pieza clave para el comercio exterior del país. Sin embargo, ese entusiasmo inicial ha despertado alertas: las importaciones superan en casi US$ 180 millones a las exportaciones. Este desequilibrio ha encendido el debate sobre si realmente se está aprovechando estratégicamente el nuevo megapuerto.
Falta de estrategia productiva nacional
Para Jesús Salazar, representante del Instituto para un Desarrollo Industrial Sostenible (IDIS), el panorama es claro: no existe un plan estratégico nacional para sacar el máximo provecho a esta infraestructura. Aunque es común que las importaciones lideren en la etapa inicial, preocupa que no haya una política pública que apueste por la transformación productiva y el fortalecimiento de la industria local.
Actualmente, las exportaciones que salen por Chancay mantienen el mismo patrón de siempre: agroexportación y minería. Salazar advierte que, sin correcciones, el puerto se convertiría en un punto de entrada de productos procesados del Asia, restando competitividad a la producción nacional.
Alta concentración de empresas, poca inclusión
Otro aspecto que refuerza la preocupación es que el 50% del valor importado está concentrado en apenas 12 empresas, dejando fuera a las pymes y limitando el impacto positivo en el tejido productivo. Salazar sugiere un enfoque integral que incluya atracción de tecnología, cadenas productivas y capital para fomentar inversión nacional.
Una de sus propuestas clave es implementar una zona económica especial en Chancay, como lo han hecho otros países con puertos estratégicos. Sin embargo, también aclara que no se trata solo de promulgar leyes, sino de tener una visión de largo plazo, algo que hoy el contexto político no garantiza.
Una mirada más equilibrada desde ComexPerú
Rafael Zacnich, gerente de Estudios Económicos de ComexPerú, plantea una lectura distinta. Asegura que las cifras previas a junio responden más a un desvío logístico, debido al congestionamiento en el Callao. Además, considera que no es negativo tener más importaciones, siempre y cuando estas estén compuestas por bienes de capital o insumos que impulsen la productividad industrial.
Para Zacnich, no se trata de exportar más que importar, sino de que ambas actividades se complementen. Eso sí, advierte que una brecha excesiva entre exportaciones e importaciones tampoco es saludable.
Infraestructura sin estrategia no es suficiente
Ambos expertos coinciden en que la clave no es solo la infraestructura, sino lo que se haga con ella. “Tenemos TLCs con el 85% de la economía global, pero no una fuerza productiva con valor agregado que aproveche esas oportunidades”, afirma Salazar.
Por otro lado, la Sunat ya ha recaudado más de S/ 342 millones en ingresos aduaneros gracias al movimiento de Chancay, pero esta bonanza es frágil. La subida reciente en los fletes internacionales —por tensiones geopolíticas— elevó temporalmente la recaudación por aranceles, pero el efecto podría ser pasajero. Mientras tanto, el gasto público sigue creciendo y el panorama fiscal se vuelve más delicado.
El cuello de botella invisible: la conectividad terrestre
Zacnich también advierte que el mayor obstáculo está en la conectividad por carretera. Aunque el ahorro por usar Chancay puede rondar los US$ 500 a 700 en transporte marítimo, el costo del transporte terrestre puede llegar a US$ 400 o más, lo que anula el beneficio competitivo. Esta debilidad logística impide que el puerto despliegue todo su potencial.
Incluso plantea que países vecinos como Ecuador o Chile podrían beneficiarse más, usando Chancay como centro de redistribución gracias a futuras plataformas como Chancay Park, mientras Perú pierde tiempo en falta de decisión política.
Expectativas moderadas para 2025
ComexPerú iniciará un seguimiento técnico a lo largo del segundo semestre. Estiman que Chancay podría captar entre 20% y 25% de la carga que hoy mueve el Callao. Es un avance importante, pero insuficiente si no viene acompañado por un cambio estructural en la matriz productiva del país.
Fuente: Diario Gestión