Los objetos más comúnmente ingeridos por los animales son las líneas de pesca, los envases de alimentos, las bolsas de plástico, las pelotas y las lonas.
Un manatí de Florida se tragó tantas bolsas de plástico que se le formó una bola del tamaño de un melón en el estómago, otra en los intestinos, y murió. Una tortuga bebé tenía sus frágiles intestinos perforados por múltiples fragmentos plásticos de unos pocos milímetros.
Estos son algunos de los casi 1,800 casos de tortugas y mamíferos marinos que han tragado objetos de plástico o se han enredado con ellos frente a las costas de Estados Unidos desde el 2009, según un informe publicado de la ONG estadounidense Oceana, que trata de describir el impacto acumulado de la contaminación plástica sobre la fauna marina en el país en la última década, a pesar de la generalización del reciclaje.
Los objetos más comúnmente ingeridos por los animales son las líneas de pesca, los envases de alimentos, las bolsas de plástico, las pelotas y las lonas.
Más de 900 especies, incluyendo aves y peces, están afectadas por el problema, muchas de ellas protegidas o en peligro de extinción, precisa Oceana en su estudio.
En el caso de las tortugas y los mamíferos, las leyes obligan a los organismos públicos a registrar en bases de datos todos los incidentes observados, pero esa información no fue recogida hasta que la oenegé la consultó y contabilizó los incidentes.
Oceana quiere que el informe, aunque no sea exhaustivo, sirva de “catalizador” para cambiar el comportamiento de las personas.
Cuando los animales mueren es a menudo por el bloqueo de sus intestinos, que impide que se alimenten. O una especie de anillo de plástico encierra sus cuellos y los asfixia a medida que crecen.
Las fuentes de contaminación son difíciles de contabilizar: residuos ligeros provenientes de las costas y playas, vertederos mal cerrados o residuos transportados por buque, algunos de los cuales caen al mar.
FUENTE: AFP / Gestión