«Parece que finalmente llegó la hora para el desarrollo de la acuicultura peruana. Que el 2022 sea pues el año de su despegue, logrando conquistar los mercados nacionales e internacionales», expresó Cayetana Aljovín.
Hace exactamente un año, con la derogatoria de la ley N° 27360, “Ley de Promoción Agraria” en diciembre 2020, se puso fin, sin previo análisis técnico, a los beneficios tributarios contemplados para la promoción de la acuicultura; el sector de producción de alimentos que ha tenido mayor crecimiento en los últimos años según la FAO.
Hoy, este despropósito ha sido finalmente corregido a través de la publicación del Decreto Legislativo N° 1515, el mismo que aplica los beneficios tributarios de tasas reducidas del impuesto a la renta y la depreciación acelerada previstos en la Ley N° 31110, Ley del Régimen Laboral Agrario y de Incentivos para el sector agrario y riego, agroexportador y agroindustrial.
Esta medida le dará un mayor dinamismo a la acuicultura que, en el 2020, el año más difícil de los últimos tiempos por la pandemia, exportó US$ 339 millones y según el MEF, esto representa casi US$ 100 millones más que hace 4 años. Si bien lo aprobado ayudará a impulsar al sector acuícola, también es importante tomar en cuenta las actividades conexas como, por ejemplo, el mejoramiento de la infraestructura vial para que los productos acuícolas que se desarrollen, tengan fácil acceso y puedan llegar oportunamente a los mercados de consumo internos y externos sin perder la inocuidad de los mismos.
Por otro lado, el gobierno a través de PRODUCE, debería fomentar el consumo interno de las especies que se producen a partir de la acuicultura, especialmente de aquellos que no son tan conocidos -como algunas especies de la amazonia- y así no depender tanto de la importación de tilapia o basa.
Parece que finalmente llegó la hora para el desarrollo de la acuicultura peruana. Que el 2022 sea pues el año de su despegue, logrando conquistar los mercados nacionales e internacionales. Es tiempo de ir por ello.
FUENTE: SNP