En esa reunión abordaron temas clave como la futura ley de acuicultura y la presencia de la salmonicultura en áreas protegidas.
A fines de octubre de este año, líderes sindicales del sector acuícola se reunieron en la comuna de Puerto Montt para abordar las inquietudes relacionadas con la futura ley de acuicultura, la aprobación de la ley que crea el Servicio de Biodiversidad y Áreas Protegidas (SBAP) y el contexto político generado por el debate gobierno-industria respecto a la presencia de la salmonicultura en áreas protegidas.
La instancia fue convocada por la Multisindical de Trabajadores Salmoneros, Ramas Afines y Pesquerías, contando con la presencia de trabajadores y representantes sindicales de todas las regiones en que tiene presencia la industria (Biobío a Magallanes).
Así, en el Hotel Courtyard by Marriott, 145 asistentes escucharon las intervenciones de diferentes expositores, entre ellos José Miguel Burgos, socio de la consultora Acuiestudios; y Claudio Núñez, director de la carrera de Administración de la Universidad Santo Tomás.
Durante sus intervenciones se repasó la historia de la salmonicultura y su impacto en la estabilidad laboral y económica del sur austral. También se subrayó la incertidumbre del sector de cara a una nueva ley de acuicultura, los alcances de la Ley que creó el SBAP, y cómo los nuevos proyectos de acuicultura en las cercanías o en las áreas silvestres protegidas requerirán de un estándar de evaluación más complejo.
Por ello, para saber más detalles, Mundo Acuícola conversó con Miriam Chávez, secretaria de la Multisindical de Trabajadores de la Industria del Salmón y Ramas Afines.
¿Cuál fue la motivación para realizar este conversatorio?
Nuestra motivación fue informarnos respecto a los alcances de la ley que el SBAP y analizar el futuro del sector, en un contexto donde, como hemos visto, ha seguido el debate entre la industria y el Gobierno respecto a la presencia de la salmonicultura en áreas protegidas.
¿Cuál es la postura de los trabajadores respecto a este tema?
Estamos de acuerdo en que se regule más la industria y se proteja la naturaleza, pero creemos firmemente en la importancia de encontrar un equilibrio, en el sentido de seguir avanzando en una salmonicultura sostenible, pero sin poner en riesgo las fuentes de empleo.
Durante el conversatorio, ¿cuáles fueron las principales inquietudes o sensaciones de parte de los trabajadores?
Hemos notado una preocupación predominante en torno a la seguridad laboral y la preservación de los puestos de trabajo. Esta inquietud ha impulsado iniciativas como la redacción de una carta al Gobierno, en un esfuerzo por asegurar que se escuchen nuestras voces y se considere la perspectiva de los trabajadores del salmón en futuras discusiones legislativas, pues a veces sentimos que muchas decisiones o posturas del ejecutivo son conversadas más con las comunidades y ONGs ambientales que con nosotros los trabajadores.
¿Qué consideración esperan desde el Congreso y el Gobierno respecto a estas preocupaciones?
Consideramos vital encontrar un equilibrio que tome en cuenta también las preocupaciones laborales. Tememos que, no mañana o en un año, pero sí en el futuro, exista desempleo, pero al mismo tiempo abogamos por un medio ambiente limpio que también proteja los derechos de los trabajadores.
Hemos llevado nuestras inquietudes al Congreso y mantenemos buena comunicación con los diputados y senadores de las regiones donde opera la industria del salmón. En cuanto al diálogo con el Gobierno, hemos solicitado audiencias con los ministros de Economía y Hacienda.
Yo llevo más de 25 años trabajando en la salmonicultura, por lo que soy conocedora de sus aciertos y sus errores. Lamentablemente, cómo se ha visto en la prensa, de parte de la Ministra Maisa Rojas hemos visto una postura muy radical respecto a la salmonicultura y el tema de las áreas protegidas.
Asimismo, durante este segundo semestre se dio el tema del oficio del Ministerio del Medio Ambiente que elimina concesiones salmoneras sin plan de manejo en áreas protegidas. Ante todo este escenario, no descartamos la posibilidad de movilizarnos.
Así cómo esperan consideración de parte del Gobierno, ¿qué esperan los trabajadores de parte de la industria salmonera?
Hoy, la mayoría de las empresas salmonicultoras presentes en Chile están comprometidas con la sostenibilidad y con ser un buen vecino. Desde el año 2016 se vio un cambio rotundo, surgiendo sindicatos más fuertes y con más trabajadores organizados. Hoy existe un convencimiento en torno a que las empresas necesitan de nosotros tanto como nosotros de ellas.
Sin embargo, ante el ambiente de incertezas, no se puede descartar que algunos dueños de empresas productoras decidan invertir en proyectos acuícolas en el extranjero, en desmedro de Chile. Por eso, apuntamos a que se de visibilidad e importancia a la sostenibilidad laboral y cómo protegerla.
En definitiva, coincidimos en que la industria debe ser sana y sostenible, y nadie entiende mejor los desafíos y la realidad de esta industria que nosotros, los trabajadores.
¿Cómo toman el hecho de que actualmente algunas situaciones de incertidumbre laboral sean responsabilidad de las propias empresas?
Así como muchas salmonicultoras han demostrado compromiso con la sostenibilidad, existen, lamentablemente, casos en los que estas prácticas no se han cumplido, teniendo mucha repercusión en la prensa y la opinión pública.
Lo negativo de esto es que se enjuicia al global de la industria, cuando se trata de empresas que no pertenecen a ningún gremio o asociación. A la vez, esto último dificulta la comunicación de organizaciones sindicales con los ejecutivos de dichas empresas, dificultando todo el trabajo que organizaciones como la nuestra ha logrado a nivel de industria.
FUENTE: Mundo Acuícola