La Gerencia Regional de Desarrollo Productivo indicó que se estima que el 87 % de las embarcaciones en Lambayeque no están formalizadas, lo cual genera una pesca no controlada y una amenaza ambiental.
En la región Lambayeque se estima que operan unas 1 200 embarcaciones artesanales, de las cuales, solo 167 tienen permiso para pescar. Las demás, es decir, el 87 %, son informales, según datos de la Gerencia Regional de Desarrollo Productivo. La mayoría incluso desembarcan en regiones vecinas para evitar el control de las autoridades.
La titular de este sector, Patricia Ocampo Escalante, dijo a RPP Noticias que, en el año, solo 464 embarcaciones se inscribieron para formalizarse y de ellas, poco más de la mitad pasaron verificación o continuaron con el trámite.
«Cada vez que los fiscalizadores salen de la zona, aparecen 40 o 50 embarcaciones de chinchorros en el litoral solamente en Mórrope, esas son embarcaciones que no se encuentran registradas, las embarcaciones que a veces van y sacan productos de la isla Lobos de Tierra. Inclusive, al no tener un desembarcadero oficial, tenemos ahorita el de San José, pero no está operativo, tenemos la dificultad de no saber qué desembarca y normalmente lo hacen en Paita, Sechura o la zona de Ica», manifestó.
¿Cómo se fiscaliza la Pesca artesanal informal?
La gerencia de Desarrollo Productivo ha realizado, solo este año, 222 acciones de fiscalización pesquera y se decomisaron 3 mil toneladas de recursos hidrobiológicos. Ocurre que algunos dueños de embarcaciones no terminan con todo el proceso de formalización y salen a la mar.
La norma a ellos los faculta, que, habiendo iniciado el procedimiento administrativo de formalización, ya tienen facultad de hacerse a la mar para salir a la pesca, según lo indicó Alonso Mengoa Alatrista, jefe de la Capitanía de Pimentel.
«Claro que allí conlleva que hay unos previos requisitos que deberían cumplir, que es por ejemplo, el tema del satelital, cintas para el seguimiento, la baliza que son implementos de seguridad, con que debe contar la embarcación. Pero en el tema de lo que es certificación se le está dando la facultad para que ellos puedan salir a hacer pesca hasta que logren obtener los certificados estatutarios de la embarcación», manifestó.
Desde la gerencia regional de Producción, Patricia Ocampo refiere que poco se puede hacer para agilizar la formalización, pues admiten que el proceso es complejo.
«Los permisos de pesca lo vemos acá en la Gerencia Regional, cuando se trata de pesca artesanal. Los permisos de pesca industrial lo ve el Ministerio de la Producción y el tema del zarpe lo ve La Marina, para salir a realizar las labores de pesca, y adicionalmente se realiza una inspección por parte del Ministerio de la Producción, que es Sanipes, se encarga de ver todo lo que es inocuidad», señaló la funcionaria.
Legislación ambigua para controlar la pesca artesanal
Pero el problema de la pesca ilegal se vincula con una legislación ambigua y según Carlos Bocanegra, biólogo y consultor en Vulnerabilidad de la Pesca y Acuicultura para el Programa de las Naciones Unidas, hay recursos hidrobiológicos que demandan una captura hasta irracional y que no es declarada.
«No se puede decir la cuota es tanto y sabemos realmente que eso se ha capturado. Si son la pesca informal, ¿cómo poderlo saber? Aquí hay un problema serio en la ley de pesca: debe haber una zona exclusiva de pesca milenaria, ancestral, que garantice que esa gente subsista, tienen que tener su área exclusiva. Pero ¿qué pasa ahora? Los botes a motor ingresan y se llevan el recurso”, dijo el especialista.
Mientras tanto, los pocos pescadores formales enfrentan un problema de falta de infraestructura, ya que el Desembarcadero Pesquero Artesanal, inaugurado a inicios del 2020 y que costó más de 40 millones de soles, no está operativo por fallas técnicas, según la Asociación de Armadores y Pescadores Artesanales de Embarcaciones Pesqueras de San José.
Esta situación genera pérdidas en el pescador, el consumidor y el mar peruano por la depredación y la amenaza ambiental. Además, la existencia de cuatro ministros de la Producción en los últimos cuatro meses revela una falta de definición de políticas para el sector.
FUENTE: RPP