Según la FAO, la acuicultura es probablemente el sector de producción de alimentos de más rápido crecimiento y representa en la actualidad el 50% del pescado destinado a la alimentación a nivel mundial.
Según la FAO, la acuicultura es probablemente el sector de producción de alimentos de más rápido crecimiento y representa en la actualidad el 50% del pescado destinado a la alimentación a nivel mundial y asevera que, teniendo en cuenta su comportamiento dinámico en los últimos 30 años, es probable que el crecimiento futuro del sector pesquero tenga a la acuicultura como uno de sus principales actores.
Así, se calcula que para el 2030 la producción de especies como el camarón, el salmón y la trucha, seguirá creciendo y la mayor parte de la producción acuícola mundial en la próxima década estará compuesta por especies de agua dulce.
Para asegurar un desarrollo ordenado de la acuicultura en nuestro país, así como una buena organización por parte de las autoridades y las empresas, es imprescindible un ordenamiento legal transparente, reglas claras y estables. De lo contrario, esta actividad de enorme potencial para el país, intensiva en mano de obra, corre el riesgo de no despegar jamás y quedarse en pequeños emprendimientos en lugar de fomentar la asociatividad para minimizar los riesgos.
Sin embargo, ello se estaría poniendo en riesgo al querer derogarse la ley de Promoción Agraria, la cual se aplica desde hace tan solo un año a la acuicultura, normativa que le otorga predictibilidad al sector y promueve una inversión de largo plazo, con un efecto positivo en cuanto al compromiso de capital y la generación de empleo.
La agroexportación ha sido un motor de la economía, generando empleo formal a más de 880 mil personas, y donde los beneficios laborales son idénticos a los del régimen general y la acuicultura estaba camino a convertirse en un nuevo motor para el despegue del Perú.
Coincidimos en que todo puede ser perfectible y que todo abuso debe ser sancionado. Sin embargo, ello no debe llevarnos a destruir un régimen que ha beneficiado a miles de familias en el Perú. De hacerlo, solo lograríamos el efecto adverso: una mayor informalidad con todas las consecuencias nefastas que ello conlleva. Construyamos sobre lo avanzado y no nos disparemos a los pies.
FUENTE: SNP / diario Correo