Más de 100 especies marinas, entre peces e invertebrados, se comercializan en el Perú, varias de ellas con nombres distintos. Esto sucede en mayor número con las especies costeras, importantes en la gastronomía marina y en la dieta de los peruanos.
Más de 100 especies marinas, entre peces e invertebrados, se comercializan en el Perú, varias de ellas con nombres distintos, todo depende de la región de la costa donde se desembarque. Ejemplos usuales, pero no únicos, son la cachema y el suco. Esto sucede en mayor número con las especies costeras, importantes en la gastronomía marina y en la dieta de los peruanos.
Esto supone una gran complejidad en el registro apropiado de estas especies que da un amplio margen para el mal etiquetado, porque son parecidas, (por ejemplo), o para el fraude, es decir, vender una especie relativamente barata con el nombre de otra de mayor valor.
A esto se suma la debilidad en el control de la comercialización en docenas de lugares de desembarque, lo cual implica perjuicios económicos para el consumidor final, así como riesgos para la salud y contribuye a la explotación y a la pesca ilegal.
Mal etiquetado y fraude
Oceana y ProDelphinus han divulgado los resultados de un estudio que identifica especies ofrecidas en venta bajo otro nombre y para ello utilizaron la lectura de código de barras de ADN -método de alta certeza y rapidez en sus resultados- a 1,025 muestras, distribuidas de la siguiente manera:
60 restaurantes 699 muestras; 10 supermercados, 129 muestras; y 5 mercados, 197 muestras, en Lima (544), Piura (259) y Chiclayo (222).
¿Cuáles son y qué dimensión tiene el estudio?
El porcentaje, respecto al total de las muestras tomadas en las tres ciudades (no confundir con los volúmenes en venta en todo el país) donde la especie mencionada no fue la que se ofreció, alcanzó el 67%. El porcentaje menor lo tienen los supermercados. Creemos que éstos son más sensibles a las críticas, pues son marcas empresariales conocidas, (ya ha pasado, ante alertas ciudadanas), eso tal vez explique la diferencia con los mercados de abastos, por ejemplo. Donde ya depende de cada uno saber que está comprando o consumiendo en un restaurante.
Las especies que con mayor frecuencia se anunciaban en venta (o contenida en un plato) y que no lo eran son: Cabrilla, cojinova y tollo mantecoso. En la contraparte de esta situación, las principales especies que reemplazaron a las arriba mencionadas (y otras) son: lisa, falso volador, perico, tiburones zorro y diamante.
Los hallazgos en esta segunda etapa de investigación conjunta confirman los resultados obtenidos en el 2018 con una muestra más pequeña. Esto evidencia, por lo tanto, la importancia de prestarle la atención necesaria. En ese sentido, el reporte incluye propuestas para abordar este problema. Aquí mencionaremos las principales:
Establecer un sistema de trazabilidad digital y con acceso compartido a lo largo de las cadenas de valor que permita registrar e integrar a una base de datos especies, procedencia y otra información relevante. Los gobiernos locales tienen competencias específicas en la comercialización de productos para los habitantes de sus jurisdicciones, que deberá también de incluirse con el sistema en marcha en el ámbito nacional y regional del sector público.
Otra propuesta es ampliar y/o actualizar el número de pesquerías con reglamentos de ordenamiento pesquero (ROP), que pueda incluir medidas como vedas, tallas, aparejos, zonas, y también volúmenes y proporciones de juveniles.
Como hemos visto, una importante acción y que aporta a un cambio en el largo plazo, es involucrar el consumidor, proveyendo de aplicativos sencillos y confiables, que informen y permitan informar; divulgando contenidos relacionados a la condición de determinadas especies emblemáticas en los gustos y preferencias marinas de buena parte de la población peruana.
FUENTE: RPP | Por: Juan Carlos Sueiro