La empresa nacional Servicios Industriales de la Marina (SIMA) apunta a ser líder regional en la industria naval.
Perú está dando pasos importantes en el campo de la industria naval al iniciar, por primera vez, la modernización y reparación de submarinos usando tecnología de punta, para ponerlos al servicio de la flota de la Marina de Guerra.
Así lo indicó el contralmirante César Benavides, director ejecutivo de Servicios Industriales de la Marina (Sima), el astillero naval creado en febrero de 1950 y que hoy atiende solicitudes de mantenimiento de embarcaciones de defensa naval y de entidades privadas.
Benavides señaló que en la década del 70 la empresa Sima tuvo una intensa actividad en la construcción de naves marítimas; sin embargo dejó de hacerlo a raíz de la crisis mundial, perdiendo la experiencia ganada en esa época.
Recién a inicios del 2000 se retoma una serie de proyectos de construcción y reparación de embarcaciones de pequeño y mediano tamaño; al igual que buques de gran tonelaje como petroleros, cargueros, graneleros, multipropósitos, de investigación científica, fragatas misileras, entre otros, principalmente para la Marina, pero también para clientes nacionales y privados.
Submarinos
No obstante, Benavides puntualizó que hoy el objetivo principal de Sima es transformarse en uno de los líderes en la industria naval en la región; así como de fortalecer la economía del país, puesto que Perú constituye un lugar atractivo de comercio internacional.
Por ello, uno de sus grandes retos es la modernización y reparación de cuatro submarinos de cerca de 40 años de antigüedad con la intención de alargarles 15 o 20 años más de vida. Se trata de naves de origen alemán, construidos en los astilleros Howaldtswerke-Deutsche Werft (HDW), en Kiel, entre 1970 y mediados de los 80.
“Nuestra intención es ser referentes en la región y ser reconocidos como el mejor astillero en la zona. Esa es nuestra visión y hacia eso apuntamos”.
Con la asesoría técnica del astillero alemán ThyssenKrupp Marine Systems GmbH (TKMS), el BAP Chipana es el primero de los cuatro submarinos en que se trabaja. Se realizan trabajos de corte de casco, cambios de propulsores, tuberías, cableado eléctrico, motores diésel, entre otros.
“Ya recuperamos la capacidad que habíamos perdido hace años (en la industria naval). Ahora, en tema de reparaciones asumimos la modernización de nuestros submarinos, que tienen casi 40 años. Hemos retirado la tecnología antigua y colocado la moderna, sobre todo en la parte electrónica”.
Los trabajos en el BAP Chipana –que se desarrollan en el astillero de Sima, dentro de la Base Naval del Callao– culminarían a fines de diciembre, momento en que se lanzará al mar para verificar que todo funcione correctamente. Una vez que se terminen las pruebas, que en promedio durarán tres meses, se entregará la flota a la Marina de Guerra del Perú, indicó.
A la par, el personal técnico de Sima ya ha iniciado las labores de potenciación en el BAP Antofagasta, para, más adelante, continuar con el BAP Angamos y el BAP Pisagua, «todo ello dentro del marco del Proyecto de Recuperación de la Capacidad Submarina Peruana».
“Consideramos que los trabajos que hacemos nos llevarán a ganar la experiencia necesaria una vez que termine el tiempo de vida de estos submarinos. Entonces, el siguiente paso ya no será repararlos, sino construir nuevos. No tendremos la tecnología para hacer los cascos, porque es una tecnología muy especial, pero podemos traerlos y armarlos aquí, lo que nos ahorraría mucho dinero”, subrayó.
Trabajo de alta precisión
Por su parte, el jefe de la oficina del Proyecto de Recuperación de la Capacidad Submarina Peruana, capitán de navío en retiro Luis Braschi, recalcó que esta forma de reparación a gran escala marca un precedente en nuestra industria naval nacional y, añadió, no solo se beneficia la Marina, sino los diferentes actores que participan en la ejecución de las obras mencionadas.
“Con estos trabajos sale favorecida la Marina, porque tendrá un submarino modernizado para 20 años más; Sima, porque mejorará sus destrezas técnicas en la reparación de esta índole; los trabajadores, porque se preparan y especializan con una labor que nunca antes habían hecho; y, finalmente, sale favorecida la industria nacional, porque se necesita de proveedores de repuestos menores y piezas para la nave”, enfatizó.
Cerca de 60 personas, apuntó Braschi, son las encargadas de realizar los trabajos de modernización de los submarinos. Ellas tienen la misión de no dejar cabos sueltos, porque, de cometerse un error en la reparación o recambio de piezas, se “pone en riesgo la integridad de la embarcación y de la tripulación”.