La pesca industrial de anchoveta genera más de 250 mil empleos directos e indirectos, dinamiza la economía y contribuye significativamente a la seguridad alimentaria, tanto a nivel local como global
El 2024 ha sido un año de recuperación para la pesca, después de un 2023 muy duro, la primera temporada de pesca de anchoveta fue una oportunidad para reactivar los motores de un sector que es fundamental para la economía del país. Hoy, al cierre de la segunda temporada de pesca de anchoveta centro-norte 2024, es una oportunidad de mirar hacia atrás y reflexionar sobre lo que se ha logrado y lo que nos espera en el futuro. Esta temporada ha sido particularmente significativa, ya que refleja el excelente estado de nuestra biomasa, resultado de una gestión pesquera responsable y comprometida con la sostenibilidad y continuidad del recurso.
La pesquería de anchoveta en el Perú es un ejemplo de cómo el trabajo conjunto entre el sector pesquero, el Estado y la comunidad puede dar resultados satisfactorios. Durante los últimos años, el estricto cumplimiento de las regulaciones, la adopción de tecnologías innovadoras y el esfuerzo constante de nuestros pescadores han permitido que hoy podamos sentirnos orgullosos de la salud de nuestro recurso, garantizando su continuidad. La biomasa verificada, una de las más grandes de los últimos años para una segunda temporada, es una clara señal de que como ecosistema estamos haciendo las cosas bien, garantizando no solo la disponibilidad de la anchoveta para las futuras generaciones, sino también el bienestar y desarrollo de quienes dependen de esta actividad.
Nuestra industria es un pilar fundamental para el desarrollo de las comunidades costeras y el país en general. La pesca industrial de anchoveta genera más de 250 mil empleos directos e indirectos, dinamiza la economía y contribuye significativamente a la seguridad alimentaria, tanto a nivel local como global. Somos conscientes de la gran responsabilidad que tenemos, y por ello, mantenemos un firme compromiso con el cumplimento y el impulso de una adecuada regulación, el desarrollo sostenible y la mejora continua de nuestras prácticas.
La innovación es clave en este proceso, y estamos constantemente explorando nuevas tecnologías y metodologías que nos permitan ser más eficientes y sostenibles. Desde la implementación de sistemas de monitoreo avanzados hasta la optimización de nuestros procesos de producción, nuestro propósito es claro: garantizar la nutrición del mañana.
Asimismo, no podemos dejar de destacar el valioso rol de nuestros pescadores, quienes con su esfuerzo y dedicación son el corazón y punto de partida de esta industria. Son ellos, nuestros Guardianes del Mar peruano, quienes, con su experiencia y profundo conocimiento del océano, hacen posible que la pesca se realice de manera responsable y eficiente.
El cierre de esta temporada nos invita a mirar hacia adelante con optimismo y un ratificado compromiso. Sabemos que el camino hacia la sostenibilidad es un esfuerzo continuo que requiere la colaboración de todos los actores involucrados para que juntos sigamos siendo un referente a nivel mundial.
Espero que al igual que yo, todos los peruanos sintamos orgullo por nuestra industria pesquera peruana, una actividad que en nuestras costas se transmite de generación en generación y es pilar para muchas familias de compatriotas. Sigamos trabajando juntos, con la convicción de que el futuro de nuestra pesquería está en nuestras manos y que, con esfuerzo y compromiso, podemos garantizar la sostenibilidad de nuestro mar para las futuras generaciones.
El cierre de esta temporada debe ser visto como un nuevo punto de partida para seguir ejerciendo una pesquería industrial cada vez más sostenible, sólida y generadora de valor compartido.
Por: Ernesto Buenaño, gerente de pesca en TASA | Infobae