Área protegida alberga la mayor extensión de manglares del Perú, cuna de la concha negra y es destino turístico.
El Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes celebró este 2 de marzo su 34 aniversario como área natural protegida por el Estado, preservando la mayor extensión de mangles del Perú, así como una fabulosa diversidad de fauna silvestre. Es también un importante destino turístico y cuna de la concha negra, una de las especies que sostiene la economía de las comunidades pesqueras locales en el departamento costero más septentrional del país.
Creado el 2 de marzo de 1988, esta área natural protegida por el Estado, el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes abarca una extensión de 2 972 hectáreas y se ubica en el litoral de la costa norte del Perú, en el distrito y provincia de Zarumilla.
Es un lugar único pues alberga la mayor extensión de manglares del país. El manglar o mangle es una especie de árbol que crece en zonas tropicales donde desemboca un río, por lo que se nutre tanto de agua dulce como salada procedente del mar. En Tumbes se encuentra desde el delta que forma la desembocadura del río Tumbes hasta Punta Capones, en la frontera con Ecuador.
Es por eso que el valor de este ecosistema no solo se debe a su diversidad biológica, sino también a que muchas poblaciones humanas obtienen beneficios directos a través de la extracción, comercialización y consumo de los productos hidrobiológicos que obtienen de allí. El Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes fue reconocido como Sitio Ramsar el 20 de enero de 1997.
Manglares
Los manglares son un ecosistema único donde surgen, crecen y se desarrollan los mangles que son árboles que toleran tanto el agua dulce como el agua salada, y constituyen una de las pocas especies vegetales que se han adaptado para vivir en condiciones de inundación.
A simple vista, los bosques de mangles lucen como hileras anchas de árboles con raíces y ramas retorcidas y delgadas, que se entrelazan semisumergidas en playas, desembocaduras de ríos y lagunas de zonas costeras tropicales y subtropicales.
Desarrollo sostenible y cambio climático
¿Por qué son vitales los manglares? ¿Qué pasaría si no existieran? ¿Por qué son clave para el desarrollo sostenible?
Los manglares se desarrollan en lugares donde se combina una serie de condiciones: zonas tropicales, aportes de agua dulce y sedimentos transportados por los ríos, amplitud de mareas e intrusión de las mismas hacia la tierra facilitada por el relieve plano.
En los manglares hay gran cantidad de materia prima como madera de calidad para la construcción de casas (su madera es resistente a las termitas). También es muy preciada para la construcción de barcos y muelles debido a su densidad y resistencia a la putrefacción.
De sus ramas y hojas se obtienen hierbas medicinales, tinturas, entre otros. La miel del mangle es muy preciada por su dulzura y a la vez por su matiz salado. De sus árboles también se extrae sal. Del mismo modo, son lugares claves para el desarrollo de la pesca familiar y artesanal.
Los manglares son los únicos bosques del mundo que representan una suerte de muro natural que hace frente a las tormentas. Si los manglares desaparecieran, las comunidades también se quedarían sin una de las barreras de protección para mitigar la erosión del suelo.
Los bosques de mangle se han convertido en parte del atractivo ecoturístico de las costas y son importantes áreas para la investigación científica, el desarrollo de campañas de sensibilización pública y la educación ambiental.
Asimismo, constituyen el principal medio para la obtención de alimentos e ingresos y, de una u otra forma, los servicios de aprovisionamiento derivados de estos ecosistemas benefician a todos.
Albergue de biodiversidad
Los manglares sirven como refugio para una gran variedad de especies, entre las que destacan aves, peces, moluscos y crustáceos. Entre estos últimos destaca el cangrejo del manglar o cangrejo rojo, una especie emblemática que, hasta hace algunos años, corría el peligro de desaparecer del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes por la captura indiscriminada debido a la creciente demanda, sobre todo en el mercado gastronómico.
Sin embargo, desde el 2015 se está revertiendo esta amenaza gracias al trabajo conjunto entre las autoridades y los pescadores artesanales de la zona. Gracias al contrato de administración suscrito entre el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp) y el Consorcio Manglares del Noroeste, se estableció un hito en la conservación del cangrejo rojo y de otras especies.
Concha negra
Otra especie emblemática del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes es la concha negra, molusco bivalvo de la familia e los árcidos o arcidae, cuyas valvas, de forma ovalada, son de paredes gruesas y estriadas y con una cubierta externa cubierta pilosa de tono oscuro, que le da el nombre.
Las conchas del manglar, en particular la concha negra, y el cangrejo rojo, son parte fundamental de algunas de las especialidades culinarias más conocidas de la región costera, como el cebiche de conchas negras, la parihuela o los sudados hechos con ambas especies, entre muchos otros platos, por lo que su comercialización son una fuente fundamental de ingresos para las familias de los extractores artesanales.
Iniciativa Pesquerías Costeras
Para proteger a esta y otras especies del Santuario Nacional, la Iniciativa Pesquerías Costeras (CFI en inglés), liderada en Perú por el Ministerio de Ambiente, con soporte técnico del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), lleva a cabo un modelo piloto donde las mismas comunidades pesqueras gestionan esta área y participan en una investigación para crear, con ayuda de la ciencia y la tecnología, semillas de concha negra para repoblar los manglares.
“Vivimos del manglar y tenemos que cuidarlo. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?”, asevera Wilfredo Infante, presidente de Los Tumpis, una de las seis asociaciones que conforman el Consorcio Manglares del Noroeste, que ha firmado un acuerdo de gestión con el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).
Para eso, se realiza la investigación para la producción de semillas en el laboratorio Incabiotec, con apoyo de CFI junto al Gobierno Regional de Tumbes, el Sernanp y la Universidad Nacional de Tumbes.
“Nosotros fecundamos de forma externa los óvulos y espermas de conchas que dan paso a un huevo”, explica Krizia Pretell, especialista de Incabiotec. Explica que para crear las semillas de concha negra, primero se realizan pruebas de laboratorio y una vez que están aptas son entregadas a los extractores y extractoras para que sean plantadas en los manglares.
Por su parte, Jhon Puse, vicepresidente del consorcio, indica que una vez recibidos los lotes de semillas, se llevan al área del piloto comunitario para darle mantenimiento, limpieza y que crezcan. Para esto, el laboratorio ha capacitado a las comunidades a fin de que conozcan el proceso que debe tener la concha negra hasta ser aceptada por el manglar.
“Estas semillas al cabo de un año podrían dejar su propia descendencia en el ecosistema del manglar. Una sola concha negra puede producir de 200 a 300 000 larvas”, asegura Rosa García, jefa del Santuario Nacional. A la fecha, el piloto ha logrado sembrar 64 000 semillas en la isla Chalaquera del área.
Esta experiencia forma parte de la lucha global por un futuro sostenible que este año se fortalece con el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de Ecosistemas. Hasta el 2030 la ambiciosa meta es poner fin a la degradación y sumar esfuerzos para que los ecosistemas sigan brindando los beneficios que todos y todas necesitamos.
Patrimonio de la Nación
El Ministerio de Cultura declaró, el 11 de febrero de este año, como Patrimonio Cultural de la Nación a los conocimientos, saberes y prácticas relacionados a la extracción de moluscos de manglar, en particular de las especies conocidas como concha negra y cangrejo rojo, del ecosistema conocido como los manglares de Tumbes.
Así lo establece la Resolución Viceministerial N° 000036-2022-VMPCIC/MC que sostiene que dicho reconocimiento responde a que constituye una modalidad de extracción de moluscos que se ha transmitido de generación en generación desde tiempos prehispánicos, configurando así una herencia cultural producto de siglos de experiencia colectiva.
Agrega que, en la actualidad, se trata de una actividad económica artesanal poco intrusiva y sostenible, siendo en ese sentido un factor indispensable para la preservación del ecosistema del manglar y de la forma de vida asociada al mismo.
Atractivo turístico
La zona de uso turístico y recreativo del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes está comprendida por el estero Zarumilla, a la altura del estero Camarones, y continúa por el estero Matapalo hasta el estero La Envidia, a la altura del sector El Palmal.
Tiene un área total de 137.5 hectáreas (4.61 % del área) y en ella se puede visitar las orillas del manglar y recorrer los canales en canoas y/o kayak, observar aves y apreciar las actividades extractivas sostenibles de recursos hidrobiológicos (ecoturismo y turismo vivencial).
En el puesto de control El Algarrobo, ubicado en la zona de amortiguamiento del área protegida, se encuentra el Centro de Interpretación, cuya visita es obligatoria. En la zona de amortiguamiento existe también un sendero turístico peatonal de 60 metros de longitud denominado “El Oscuro”, que está implementado en el corazón del manglar con material de la región, así como dos circuitos para la visita en embarcaciones pequeñas.
Uno de los circuitos comprende el Puerto 25-canal Zarumilla-poza El Toro-canal Zarumilla-canal Paracas-Puerto 25. El otro circuito está formado por Puerto 25-canal Paracas-canal Zarumilla-punta Capones-canal Zarumilla-canal Paracas-Puerto 25.
También se puede visitar Puerto Pizarro, ubicado a 15 kilómetros de Tumbes, que es el único puerto de pesca artesanal dentro del bosque de manglar en el país. Alberga, además, al zoocriadero de cocodrilos de Tumbes donde hay aproximadamente 350 ejemplares.
FUENTE: Andina